miércoles, 15 de abril de 2009

Friday 14



Debió ser alguien tan supersticioso como yo con la única diferencia de que a él (o a ella) le hicieron caso. Me pregunto cómo conseguiría que algunos edificios omitan la planta 13 ó que compañías como Iberia salten directamente de la fila 12 a la 14 en sus aviones. Seguramente no debió ser tan fácil como decir “oiga que el 13 me da mal rollo, por favor que se lo salten”.

Fuera quien fuese algo de mano debía tener. Me pregunto qué temería. Si las mismas cosas que yo o diferentes.Si también se encontraría perdido en la oscuridad. Aterrado ante la posibilidad de cometer los mismos errores, una y otra vez. Bloqueado en el límite de una vida plana. Asustado ante el roce del dolor.

Vaya, ahora resulta que voy a tener que tratarme. Sin saberlo puede que esté empezando a padecer los síntomas de la Triscaidecafobia, según la wikipedia, “el miedo irracional al número 13”. Última cena, vikingos, templarios…qué más da. Hoy al menos tengo un número en el que encerrar todos mis miedos. Un número al que echarle la culpa de mis fracasos. Un número que saltarme y al que le quedan, afortunadamente muy pocas horas de vida.


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